Obreros de lo Invisible
Hay trabajadores silenciosos que no fichan, sin uniforme ni paga. No tienen jefes ni sindicatos, ni horarios. Trabajan donde nadie ve: en el taller alquímico interior. Son los artesanos del ser, los obreros del corazón, los albañiles de lo invisible, los campesinos de la interioridad. Son los canteros del carácter, los mineros del inconsciente, los carpinteros del alma, los jardineros de la presencia.
Cada día enfrentan la huelga de la atención, los sabotajes del ego, los derrumbes de la identidad automática. Cultivan presencia, reestructuran heridas, golpean el hierro de las emociones mientras está caliente, llevan sobre sus hombros el peso de las sombras y excavan túneles de conciencia bajo el ruido del mundo.
Y sin embargo no se detienen. Porque saben que el único trabajo verdadero es despertar, es recordar. Es un oficio antiguo, laborioso, obstinado. Requiere disciplina, sinceridad, memoria de sí mismo. Nadie lo impone, nadie lo ve. Pero es el único capaz de cambiar realmente algo. Porque quien trabaja en sí mismo, transforma su mirada, su respiración, su presencia. Y cuando cambia la forma en que se está en el mundo, también cambia el mundo alrededor. A estos trabajadores invisibles, que hacen de la tierra un lugar más consciente, más humano, más verdadero, vaya nuestro honor.
~ Eddy Pellegrino - "Los Obreros de lo Invisible"